¿Qué características debe tener un profesor para ser un buen profesor?

En Chile y en otros países, las carreras de pedagogía admiten, en general, alumnos con bajos puntajes en la psu comparados con otras carreras. Por ejemplo, según datos oficiales de la psu, de todas las áreas del conocimiento en las universidades del Consejo de Rectores, las carreras de educación admiten alumnos con los puntajes más bajos.
Entonces, y de acuerdo a esto, ¿cuáles son las características de los docentes que influyen en un mejor rendimiento? Los distintos atributos pueden resumirse así:
Nivel de conocimiento de los contenidos

La evidencia sugiere que el nivel de conocimiento de los contenidos (medido por post-grados y perfeccionamiento) está asociado a un buen rendimiento, especialmente en las áreas de matemática y ciencias. Sin embargo, un post-grado en otras áreas parece no tener un impacto importante.
Conocimiento pedagógico
El valor de saber enseñar es menos claro por la escasez de la investigación que existe sobre el tema. Generalmente, el conocimiento pedagógico se mide por las notas en las pruebas de licenciatura. La mayoría de los estudios sugieren que cuando los profesores tienen buenos resultados en las pruebas de licenciatura, sus alumnos tienen mejores resultados. Sin embargo, no es tan claro que esto refleje conocimiento de contenidos o pedagógico. Linda Darling-Hammond, profesora de educación la Universidad de Stanford, asegura que el predictor más significativo del rendimiento escolar en lenguaje y matemáticas es la proporción de profesores calificados en un establecimiento, certificados y especializados en un área.
Otros atributos de los docentes
Estudios recientes sugieren que ciertas medidas de conocimiento académico, como puntajes altos en pruebas de admisión a la universidad o el nivel de selectividad de las universidades a las que asisten, podrían predecir el éxito en el aula. Pero la evidencia es débil. No está claro si son los profesores con altos puntajes quienes influyen en el mejor rendimiento de los alumnos o si los colegios con poblaciones de clase alta, con alumnos con buen rendimiento, tienden a contratar profesores con puntajes altos.
En resumen, la investigación sobre la calidad docente no es contundente. La mayoría de los estudios que encuentran relaciones significativas entre la calidad docente y el rendimiento escolar son pequeños y sólo tienen efecto en ciertos contextos.
Podemos decir, que un buen profesor o sus características, en la actualidad se encuentra reflejado en 3 tipos de profesores, primero encontramos aquel hombre estudioso que dedicó buena parte de su vida a enriquecer sus conocimientos, a saber a más de las ciencias que tienen que ver con la didáctica y la pedagogía mucho de aquellos conocimientos propios de su asignatura y llegamos a la conclusión que este es el sabio, el gran conocedor, el consultor, pero que aun no daba el salto, que todo aquello no le servía todavía para ser buen educador.
El segundo caso era el del espléndido expositor, es decir de aquel que a más de conocer encantaba a su auditorio porque era capaz de sostener su atención y expresar con relativa facilidad, su versatilidad, su conocimiento, sus propias destrezas y características. Sus clases sin duda resultaban maravillosas pero aun todo aquello no le ratificaba como buen educador, demostraba tan solo tener conocimiento, dominarlo y saber expresarlo, pero le faltaba algo más, algo que sí podía aportar el tercero.
Este último, acaso menos sabio, dominando la explicación, llevando su lenguaje a los niveles del alumno no detenía ahí su atención sino buscaba la comprensión real en ellos de lo expresado; a este, al buen educador, le interesa cuánto su alumno aprendió, no cuán hermosa fue su clase o cuán amplio fue su conocimiento, sabe que su medida está dada por la respuesta de sus alumnos, sabe que su calificación no puede ser otra que aquella que obtengamos del conocimiento interiorizado en cada una de las mentes que constituyen su auditorio. Este sin duda es el que logra proyectar a su estudiantado hacia el dominio del conocimiento, el que puede hacer que ese grupo de niños y jóvenes trabajen con este, porque lo ha hecho suyo, porque lo manejan, porque saben de lo que están hablando.

Sin duda todos a lo largo de nuestras vidas estaremos involucrados dentro de los tres tipos de educadores, el que mucho sabe, el de las clases lindas, y el que se entregó hasta hacernos comprender, hasta estar seguro de que dominábamos el tema, de que podía estar tranquilo porque el conocimiento había saltado desde su inteligencia o desde los textos adonde debía estar, a nuestras capacidades, a nuestra mente, para desde ahí poder ser la herramienta práctica y fructífera en nuestro crecimiento personal y en nuestro desarrollo.

Al mencionar características se pueden desprender una gran cantidad, que vendría a ser el ideal que se espera, por ejemplo que el docente sea capaz de motivar a los alumnos, llevando cada clase algo importante tanto para el como para el resto de la clase, además debe ser un guía de los conocimientos y no entregarlos por completos, para que los alumnos estén explorando sus habilidades cada clase, debe tener liderazgo académico, debe preparar su clase para que los alumnos se sientan atraídos por la materia empleando las estrategias de enseñanza y aprendizaje.
Es así como en nuestras clases muchas veces encontramos profesores los cuales tienen gran cantidad de conocimiento, pero no lo pueden explicar, no pueden hacer que el alumno aprenda, o simplemente se dedican a dictar y a que los receptores, los alumnos, copien lo que dice. Es así como un profesor debe ser capaz de no imponer reglas, sino principios y valores de acuerdo a los ideales que tenga y de acuerdo a sus propios caprichos, para inculcar valores a los alumnos que en convivencia se enfrentaran o serán la sociedad.

La pregunta final sería, en las universidades e institutos están formando este tipo de educadores?, nos estamos conformando con los sabios a los que en ocasiones llamamos maestros y autoridades por todo lo que saben?, nos estamos conformando con aquellos que hablan lindo, que expresan con desplante en temas tras temas con los que pavonean su saber frente a su estudiantado? pese a preguntarnos esto, debemos lograr ser un buen profesor, dejando de lado los prejuicios especialmente en tres ámbitos: sexuales, religiosos y políticos.

Si nos preguntamos que tipo de profesor necesitamos diríamos:

Ø Profesores que quieren su asignatura, saben entusiasmarse por sus contenidos y tienen una visión amplia de su papel en el mundo y un espíritu abierto a los aportes de los demás.
Ø Profesores que no se dejen inhibir por las limitaciones inherentes a los programas y sistemas, declarando que no se puede hacer nada.
Ø Profesores que amen a sus alumnos, se sientan con vocación de formar hombres y quieren a sus colegas como personas con la misma vocación.
Ø Profesores que sepan cuestionarse a si mismos, sobre los contenidos de su propia cultura, con una conciencia clara de la multiplicidad de visiones del hombre y de la sociedad que chocan en ellos, según el momento y el lugar en que vivieron y el sistema educativo vigente cuando estudiaron o enseñaron.

¿Qué actividades concretas realizarías para verificar tu buen desempeño como educador?

Una buena evaluación docente requiere de de diversas fuentes de información que pueden y deben utilizarse de manera diferenciada según los contextos, propósitos y profesores.
Una forma de la cual se puede verificar la un buen desempeño de un profesor puede ser el indicarle a los alumnos las actividades de manera clara para que no los tomen de sorpresa los conocimientos a evaluar, dándole de esta manera a entender que la Educación Física no es solo parte de la entretención, sino que implica aprendizaje al igual que las demás asignaturas, además debiéramos realizar actividades en las cuales el alumno se divierta pensando en realizar ejercicios o actividades que le sean desafiantes para poder ir adquiriendo mayores destrezas, conocimiento y mejores habilidades, las que lograran forjar nuevas metas a partir de su esfuerzo.
Las expectativas de la clase deben estar pensadas de tal manera que no se debe exigir a los alumnos mas allá de las expectativas del nivel o curso en el que se encuentren, sin antes tener clases previas en las cuales poder practicar para adquirir las destrezas, un ejemplo claro es enseñarle a un alumno a antes de correr o evaluar un “cooper”, hacerlo adquirir un habito de trote para que se acostumbre. Así también debemos tener presente el tiempo que empleamos para darle a conocer los conocimientos a los alumnos, ya que es muy importante que no hubiesen tiempos “muertos” los cuales no les sirve a nadie.
Otra actividad que yo realizaría para verificar mi buen desempeño como profesor puede ser aplicar ejercicios o actividades en las cuales el o los alumnos deban crear o desarrollar actividades planteadas en la clase, de acuerdo a las hipótesis que ellos se planteen para poder resolver estos ejercicios, utilizando su racionalización de acuerdo a su propio contexto en el que se desenvuelve, su propio lenguaje tanto oral como escrito. Un ejemplo puede ser crear juegos, coreografías, o enfocados a aprendizajes motrices, para desarrollarlas en grupo o de manera individual en el espacio de la clase.
Por otra parte se puede emplear las estrategias de retroalimentación, las cuales se enfocarían a hacerles recordar a los alumnos los aprendizajes aprendidos en la clase anterior, con el fin de ampliarles el conocimiento que ellos ya han adquirido con experiencias nuevas, por otra parte se puede abordar el fracaso no como tal, sino como enriquecedor del espacio de aprendizaje, porque me haria realizar un autocrítica como profesor, para poder encontrar en lo que fallo o lo que debo realizar para que los alumnos logran los aprendizajes que se esperan para su nivel, además se pueden agregar vivencias, juegos y actividades que los alumnos tengan, que ayudaran a que el conocimiento del profesor como el alumno se amplíen, con las evidencias que recoge de los aprendizajes de sus alumnos.
También cabe mencionar que la autoevaluación permite darse cuente de los errores cometidos con el fin de encontrar posibles soluciones. Sin duda que la autoevaluación va de la mano con la autocrítica ya que ambas son necesarias para reflexionar encontrar las posibles soluciones a los errores presentes en lo que se hace.
Para ver si los objetivos que nos planetamos se van logrando primero debeos realizar una evaluación diagnóstica a los alumnos, para saber las habilidades con las que vienen y el conocimiento que poseen, y a medida que pase el tiempo realizar otras evaluaciones para saber si van progresando, esto nos ayudara a darnos cuenta si realmente entregamos el conocimiento deseado o tendremos que cambiar la forma de enseñar y así lograr que realmente ellos aprendan.
Para terminar y llevado a la Educación Física se produce algo similar, ya que al entrar al curso de alumnos, ya sea como profesor o cuando se nos presenta uno, lo que realizamos es una evaluación al comienzo del año escolar, pasamos los ejercicios y actividades, las cuales posteriormente buscan conocer los progresos de los alumnos y si es que la forma en que enseñamos es la manera correcta o si es que debiésemos cambiarla para alcanzar un mayor aprendizaje significativo y pertinente en los estudiantes.